A veces nos
quejamos de la vida de los limones y lo amargo de la hiel, nos quejamos de
que nadie hace nada por nadie, que el
joven no tiene principios que no respeta a los mayores y tantas quejas como
granos de arenas así han de haber, pero decía un sabio que conocí un día en una esquina pidiendo
monedas. Que para que quejarse de la
vida si se vive con tan poco, se sonríe con solo algo que de gracia, y el
absurdo es complejo solo si alguien
complejo piensa en el.
Me dijo yo no me quejo si estoy limpio o sucio, yo se
que no me asee, ni si encuentro o no comida, pues no tengo casa, porque no quiero ser
responsable de una, por lo cual tampoco podría quejarme si la tuviera. De lo
único que me quejo es que son pocas las monedas
pero tendría que trabajar para tener más así que con estas me conformo.
A mi parecer la vida es más sencilla para mi que para usted.
Me sonreí le di dos monedas por la conversa y me vine a
escribirles, porque es cierto algo, si
queremos que las cosas sean mejor
hagámosla sin quejarnos pues es nuestro interés, cambiemos lo que podamos, y hagamos lo preciso para para que vaya
transformándose todo como visualizamos, o dejémoslo todo a la deriva para que
nada nos afecte como hiso este hombre…
Aquí les dejo mis
amores, mis letras tan queridas que más
suyas son, que mías…
... Un chiste para meditar....
Es más fácil quejarse que accionar lo positivo de la vida
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